Un grupo de madres y padres del colegio y miembros del equipo directivo del Leopoldo Alas visitan el CEIP Valle Inclán, que en mayo de 2019 concluyó las obras de remodelación del patio.


La renovación del patio se inició en septiembre de 2017, con la colaboración del Ayuntamiento, y las obras se alargaron desde el verano de 2018 hasta mayo de 2019.
El aspecto anterior del patio del CEIP Valle Inclán era similar al estado actual en el que se encuentra el de nuestro colegio: un patio vacío, suelo de cemento, sin sombra, sin sitio donde sentarse.
«Nos planteamos la reforma pensando en qué espacio era el mejor para los alumnos», nos cuenta Rafa, el profesor que puso en marcha el ‘grupo motor’, es decir, el conjunto de profesores y otros miembros de la comunidad educativa que llevaron el peso del proyecto. «Antes de la remodelación, cuando salían al colegio, los alumnos se quedaban parados, no interactuaban. Ahora colaboran, lo recorren, se les ve felices».
«El patio debía parecerse más a un Aula de la Naturaleza que a un espacio abierto sin más». Está distribuido en zonas para estar, para correr, para hacer pensar a los niños y niñas.

La fase de diagnóstico, análisis y trabajos en grupo dentro del colegio duró un trimestre, de septiembre a diciembre de 2017. En ella participaron niños y niñas, padres y profesores y el personal no docente. De muchas maneras, con trabajos en clase, mapeando el patio, haciendo una maqueta. «Abrimos el proyecto al barrio, vinieron vecinos, opinó todo el que quiso, llamamos a la asociación de vecinos. Todo el mundo aportó algo. No dijimos que no a nadie».
El ‘grupo motor’ se reunía cada semana para avanzar. Todo empezó informando con circulares a las familias, a los órganos del centro, asociaciones, la inspección… El trabajo con el alumnado se desplegó mendiante fichas, dibujos de ‘mi patio ideal’, cuestionarios. Con todas las ideas, se elaboró un anteproyecto, el documento inicial de trabajo.
Rafa nos cuenta que, una vez remodelado, los alumnos y alumnas no vandalizan el patio, al contrario, lo cuidan.

Sombra, plantas, una zonificación diversa que atendiera todas las necesidades de juego y disfrute, fueron los puntos básicos de partida del trabajo realizado. «Elegimos plantar frutales, almendros, un peral, un limonero. Árboles combinados con plantas aromáticas autóctonas como tomillo y romero», explica Rafa. Gracias por enseñárnoslo, nos servís de espejo.
Echa un vistazo a más fotos y a los detalles del proyecto aquí.
La ejecución de la iniciativa y el proyecto en el Valle Inclán son espectaculares. En general, tanto el planteamiento del espacio como las zonas verdes, de esparcimiento, descanso y juego. Muchas gracias por la información.
Un modelo a seguir.
Sergio.
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